LA CIENCIFICAFANTASTICA
¡Me limitaré a desafiar a las leyes de la probabilidad!
LA HISTORIA DE LA CIENCIA :))
Historia de la ciencia, de la ciencia y de la técnica o de la ciencia y la tecnologÃa son denominaciones de la disciplina que estudia el desarrollo histórico de la ciencia y la técnica o tecnologÃa, asà como la interrelación que han tenido entre sà y con el resto de los aspectos de la cultura (la economÃa, la sociedad, la polÃtica, la religión, la ideologÃa, etc.) El análisis histórico de la ciencia y la tecnologÃa recurre a los contenidos y a la metodologÃa de las distintas subdivisiones de la historia, tanto temáticas (historia de las ideas, historia cultural, historia social, historia económica) como temporales y espaciales.
TeorÃas y sociologÃa
Los primeros problemas de la disciplina son la definición de qué sea la ciencia (un problema no historiográfico, sino epistemológico, de filosofÃa o teorÃa de la ciencia), su identificación o no con la ciencia moderna surgida de la revolución cientÃfica del siglo XVII (un cuerpo de conocimiento empÃrico y teórico, producido por una comunidad global de investigadores (la comunidad cientÃfica) que hacen uso de técnicas especÃficas y reproducibles para observar y explicar los fenómenos de la naturaleza) y cuáles serÃan sus objetivos (el puro conocimiento, el autoconocimiento, o la aplicación a finalidades prácticas que mejoren la vida humana -ciencia pura o ciencia aplicada-). Buena parte del estudio de la historia de la ciencia se ha dedicado a la historia del método cientÃfico, con la ayuda, en particular, de la sociologÃa de la ciencia que, estudiando las condiciones sociales en que tiene lugar el trabajo concreto de los cientÃficos, reconstruye la forma en que se "produce" y "construye" el conocimiento cientÃfico.
A más cómo, menos por qué ... es el aforismo ... que, a mi entender, resume mejor el pensamiento cientÃfico. Preguntar por las causas es siempre una pregunta de emergencia, porque causas puede haber muchÃsimas. En cambio, preguntarse por el cómo es investigar el proceso.
Jorge Wagensberg6
A partir de que, desde el primer tercio del siglo XX, la propia ciencia dejara de ser determinista (demonio de Laplace)7 y se hiciera probabilÃstica y consciente de sus propios lÃmites (principio de incertidumbre o relación de indeterminación de Heisenberg, teoremas de incompletitud de Gödel y otras expresiones de impredecibilidad,8 impredicatividad9 e indecidibilidad en ciencia) y de la influencia decisiva del observador en la observación; cambió también la perspectiva sobre la teorÃa y la historia de la ciencia.
A mediados del siglo XX, tres filósofos de la ciencia presentaron tres opciones distintas en la consideración de la naturaleza progresiva o no del conocimiento cientÃfico y su forma histórica de producirse: Karl Popper (el conocimiento cientÃfico es progresivo y acumulativo, pero "falsable", con lo que únicamente se puede considerar ciencia lo que puede ser cuestionado), Thomas Kuhn (el conocimiento cientÃfico no es necesariamente progresivo, sino una respuesta a las demandas sociales, y en la mayor parte de los casos, la "ciencia normal" es únicamente el constante esfuerzo por confirmar el vigente paradigma, que únicamente cambiará por una revolución cientÃfica, de las que ha habido muy pocas históricamente), y Paul Feyerabend (el conocimiento cientÃfico no es acumulativo o progresivo, sino inconsistente y anárquico -anarquismo epistemológico-, no habiendo criterio de demarcación, en términos de método, entre lo que suele llamarse "ciencia" y cualquier otra forma de investigación).
En el último tercio del siglo se establecieron como disciplina especÃfica los estudios de ciencia, tecnologÃa y sociedad (CTS), que insisten en la importancia del factor humano10 dentro del conocimiento cientÃfico, y de la subjetividad sobre la anteriormente pretendida objetividad de los datos cientÃficos, incluso de los llamados "hechos" o datos más evidentes, resultado de la observación, que fuera de su contexto (las teorÃas que los explican -o no- y las hipótesis que confirman -o no-) carecen de valor. Especialmente desde la publicación y divulgación de los libros de Popper (La lógica de la investigación cientÃfica, 1934 y 1959), Kuhn (La estructura de las revoluciones cientÃficas, 1962) y Feyerabend (Contra el método, 1975), se han generado constantes debates en las comunidades cientÃficas y académicas, tanto en el ámbito de las llamadas "ciencias duras" como el de las llamadas "ciencias blandas", el de las ciencias fÃsico-naturales y el de las humanidades y ciencias sociales (o humanas, o ciencias morales y polÃticas), sobre la naturaleza, significado, objetividad, subjetividad,11 capacidad analÃtica, sintética y predictiva de la ciencia; el cuestionamiento del objeto12 y la metodologÃa propios de cada ciencia, las ventajas e inconvenientes de la especialización y el reduccionismo, las posibilidades de interdisciplinariedad y de perspectivas holÃsticas;13 y la relación del conocimiento cientÃfico con los conceptos de verdad y de realidad.
Véanse también: Debate de las dos culturas y Guerras de la ciencia.
La palabra "cientÃfico" (scientist) no existÃa hasta que la acuñó el erudito inglés William Whewell, en 1840. Sólo porque esta palabra sea hoy de uso común, no significa que se haya usado durante mucho tiempo.